El pleno municipal de Barcelona ha dado un paso histórico al aprobar este viernes la ruptura de relaciones institucionales con el Gobierno de Israel y la suspensión del acuerdo de amistad que mantenía con Tel Aviv desde 1998. Una decisión que refleja el creciente malestar internacional ante la situación humanitaria en Gaza y que posiciona a la capital catalana como una de las primeras grandes ciudades europeas en tomar medidas tan contundentes.
Un acuerdo de 26 años llega a su fin
La propuesta, respaldada por el partido socialista que gobierna la ciudad junto a formaciones de izquierda radical e independentistas, contempla una veintena de puntos que van más allá de la simple ruptura diplomática. El documento aprobado suspende específicamente el «acuerdo de Amistad y colaboración que regula la relación con la ciudad de Tel Aviv-Jaffa», firmado el 24 de septiembre de 1998.
El alcalde Jaume Collboni justificó la medida con palabras contundentes durante la sesión plenaria: «El grado de sufrimiento y muerte que ha vivido Gaza desde hace un año y medio y los reiterados ataques del gobierno de Israel en las últimas semanas hacen inviable cualquier relación». Una declaración que marca un cambio significativo respecto a su posición inicial cuando asumió la alcaldía.
La decisión no será definitiva. El texto aprobado establece que las relaciones solo se reanudarán cuando «se restablezca el respeto al Derecho Internacional y al Derecho Internacional humanitario, y se garantice el respeto a los derechos básicos del pueblo palestino», dejando abierta la puerta a una futura reconciliación bajo condiciones específicas.
Medidas que trascienden las competencias municipales
El documento aprobado incluye iniciativas ambiciosas que exceden el ámbito estrictamente municipal. Entre las más destacadas figura la petición al consejo de administración de la Fiera de Barcelona para que no acoja pabellones del Gobierno israelí ni de empresas armamentísticas que «se lucren del genocidio, ocupación, apartheid y colonización del pueblo palestino».
Otra recomendación significativa se dirige al Puerto de Barcelona, instándole a rechazar embarcaciones involucradas en el transporte de armas hacia Israel. Además, el consistorio pretende impedir que cualquier operador económico que participe en contratos municipales mantenga relaciones comerciales con empresas que vulneren el derecho internacional humanitario.
Un precedente que se repite
Esta no es la primera ocasión en que Barcelona congela sus vínculos con el gobierno de Benjamin Netanyahu. En febrero de 2023, la entonces alcaldesa Ada Colau ya había suspendido temporalmente las relaciones con Israel y los acuerdos de hermanamiento con Tel Aviv, una decisión que generó considerable controversia.
Paradójicamente, fue el propio Collboni quien revirtió aquella medida tras vencer en las elecciones municipales de 2023. Su cambio de postura actual refleja la evolución del contexto internacional y la presión creciente de los socios de gobierno y la sociedad civil catalana.
La decisión de Barcelona se enmarca en un contexto más amplio de la política española hacia el conflicto. El Gobierno de Pedro Sánchez reconoció oficialmente el Estado de Palestina el 28 de mayo de 2024, junto con Irlanda y Noruega, consolidándose como una de las voces más críticas dentro de la Unión Europea respecto a las políticas del gobierno israelí.