¿Sabías que tu perro, aunque adorable y fiel compañero, podría estar contribuyendo inadvertidamente al deterioro del medio ambiente? Una investigación reciente arroja luz sobre este impacto insospechado que pone en jaque a la biodiversidad.
El impacto ambiental de los perros: un hallazgo sorprendente
Una nueva investigación realizada por los científicos Philip W. Bateman y Lauren N. Gilson de la Universidad Curtin aborda un tema que rara vez se discute: el impacto de los perros domésticos en los ecosistemas. El estudio, titulado “Bad Dog? The environmental effects of owned dogs”, fue publicado el 10 de abril de 2025 en la prestigiosa revista científica Pacific Conservation Biology. Sus hallazgos ponen sobre la mesa cómo estos animales, a menudo considerados inofensivos, pueden convertirse en una amenaza directa e indirecta para la fauna silvestre.
Con una población mundial que supera los mil millones de perros, este hallazgo adquiere una nueva dimensión. Los expertos señalan que los perros son, de hecho, el depredador vertebrado más común en el planeta, y su influencia no se limita únicamente a la interacción directa con la naturaleza.
Perros: depredadores silenciosos y su impacto en la fauna
Aunque resulte difícil de creer, incluso los perros que permanecen sujetos con correa durante sus paseos pueden alterar el comportamiento de los animales silvestres que los rodean. Los investigadores señalan que sus olores, orina y excrementos dejan huellas olfativas que permanecen activas durante días o semanas, alterando significativamente los ecosistemas locales.
El profesor asociado Philip W. Bateman explica que muchas especies perciben estas señales como una amenaza inminente. Por ejemplo, los olores residuales de un perro podrían hacer que ciertos animales, como aves o pequeños mamíferos, modifiquen su comportamiento habitual, desestabilizando sus ciclos naturales de alimentación, descanso y reproducción.
Esta perturbación, aunque invisible para nosotros, tiene un efecto acumulativo en los ecosistemas, incrementando la presión sobre las especies que ya enfrentan otros desafíos como la pérdida de hábitat o el cambio climático.
Impacto en los ecosistemas: contaminación y problemas químicos
Además de alterar la vida silvestre, los perros también generan un impacto significativo a través de sus desechos. Según un estudio realizado por el British Geological Survey y la Universidad de Nottingham publicado el 17 de junio de 2025, la contaminación por sustancias químicas derivadas de tratamientos antiparasitarios (como el fipronil) ha alcanzado niveles alarmantes. En algunos ríos ingleses, se han detectado concentraciones de fipronil de hasta 4,5 ng/L, superando los límites considerados seguros para los invertebrados acuáticos.
Las heces y orina caninas, cuando no son gestionadas adecuadamente, pueden contaminar cursos de agua, estimular la proliferación de bacterias y alterar el equilibrio químico de los ecosistemas. Además, la industria de alimentos para mascotas genera un impacto adicional: se estima que la producción global de pienso para animales contribuye con entre 56 y 151 millones de toneladas de CO₂ al año, representando aproximadamente entre el 1,1 % y el 2,9 % de las emisiones agrícolas totales.
¿Qué medidas debemos tomar como propietarios responsables?
Ante estos reveladores datos, el profesor Bateman hace un llamado a la acción, subrayando que no se trata de alejar a los perros de nuestras vidas, sino de aprender a convivir de manera sostenible con ellos. Los perros son esenciales para nuestra sociedad, ya que no solo brindan apoyo emocional, sino que también desempeñan roles cruciales en tareas como guiar a personas con discapacidades o la detección de sustancias prohibidas.
No obstante, para mitigar su impacto en la biodiversidad, los expertos recomiendan lo siguiente:
- Limpiar siempre las heces de nuestras mascotas durante los paseos, independientemente de la localización.
- Evitar paseos en áreas sensibles, como playas, zonas húmedas y reservas naturales, para reducir la perturbación en esos ecosistemas.
- Optar por tratamientos antiparasitarios menos contaminantes, favoreciendo los productos que respeten el entorno natural.
Una invitación a la reflexión y acción
Es innegable que los perros ocupan un lugar especial en nuestras vidas. Sin embargo, también debemos aceptar la responsabilidad que conlleva su crianza y cuidado. Adoptar medidas simples puede marcar una gran diferencia en la protección de los entornos naturales que compartimos con otras especies.
Como propietarios, está en nuestras manos contribuir a una convivencia más armoniosa y respetuosa con el planeta. ¿Estamos dispuestos a dar el paso y preservar la biodiversidad de la que todos dependemos?